Con la llegada de la Revolución Industrial en el siglo XIX, se desarrollaron nuevas técnicas de producción que permitieron fabricar parquet de manera más eficiente y asequible. Esto hizo que los suelos de madera maciza dejaran de ser exclusivos de la nobleza y comenzaran a embellecer hogares de la burguesía y, progresivamente, de una clase
media en ascenso.
El verdadero florecimiento del parquet coma elemento decorativo de alto standing se produjo en la Europa del siglo XVl, especialmente en la majestuosa corte de Luis XIV en Versalles. Los artesanos de la época elevaron los suelos de
madera a la categoría de obra de arte, creando intrincados diseños geométricos con diferentes especies de madera. Estas elaboradas composiciones, como el famoso "parquet de Versalles", se convirtieron en sinónimo de lujo, poder y sofisticación.